Cómo trabajamos
Si bien los espacios deportivos se definen en dimensiones físicas, sabemos que éstos funcionan mucho mejor por la conexión y relación emocional con las comunidades. Las experiencias significativas conllevan un fuerte sentido de apego, asociación, logro y propiedad, y pueden tener un impacto importante en su uso y potencial de sostenibilidad.
El compromiso y la sostenibilidad desde la comunidad, no es una consecuencia, sino parte primordial, integral e interdependiente de todo nuestro proceso. Desde la identificación de la comunidad, la evaluación y el diseño colaborativo, hasta la construcción, la inauguración y la fase posterior al proyecto; se identifican, involucran y conectan diversos grupos y recursos locales para crear juntos la visión y el plan de sostenibilidad a largo plazo. Como base del programa de desarrollo comunitario, vemos un gran beneficio en asegurar que el proceso de participación incluya la representación local diversa y genuina, como contribución significativa de la comunidad, no solo como beneficiarios, sino como líderes clave del proceso.
Proporcionamos los materiales y la orientación técnica a las comunidades, facilitamos la ejecución de un proyecto de espacio deportivo impulsado por la comunidad y apoyamos el uso, la gestión y la sostenibilidad a largo plazo del espacio que se crea. Diversos residentes de la comunidad, grupos y partes interesadas contribuyen con sus habilidades, ideas, trabajo voluntario y otros recursos locales, actuando como los principales líderes y socios.
Más que un lugar para jugar, buscamos desarrollar espacios deportivos que vayan más allá de su estructura física. Simbolizan la capacidad de una comunidad por colaborar, lograr objetivos colectivos y hacerse cargo de su bienestar, con una mayor relevancia social, alcance, impacto y sostenibilidad.